Durante nuestro viaje en camper por La Rioja, no podíamos dejar fuera del itinerario a Santo Domingo de la Calzada, un lugar que respira historia, fe y leyenda en cada rincón. Aparcar fue sencillo: hay una zona tranquila muy cerca del centro, lo que nos permitió descubrir esta villa a pie, disfrutando de cada detalle sin prisas.
Fundada en el siglo XI por Domingo García, más conocido como Santo Domingo, esta localidad se desarrolló para facilitar el paso de los peregrinos del Camino de Santiago. Hoy, caminar por sus calles empedradas es seguir los pasos de miles de viajeros que durante siglos han pasado por aquí.
Iniciamos nuestro paseo en la Plaza del Santo, donde se alza majestuosa la Catedral de Santo Domingo de la Calzada. Su mezcla de estilos arquitectónicos —románico, gótico, barroco— es el reflejo de su evolución a lo largo de los siglos. No solo su fachada impresiona, sino también su interior, especialmente el retablo mayor, el sepulcro del santo y, cómo no, el gallinero: una jaula con un gallo y una gallina vivos que recuerda el famoso milagro del peregrino ahorcado y resucitado.
Desde allí, paseamos por la Calle Mayor, eje histórico y comercial del pueblo, flanqueada por casas solariegas, tiendas tradicionales y pequeños bares con mucho encanto. Esta vía, además de estar llena de vida, conecta algunos de los edificios más emblemáticos de la villa.
Uno de ellos es el Parador de Santo Domingo Bernardo de Fresneda, que fue antiguo hospital de peregrinos y conserva un claustro impresionante. Muy cerca también se encuentra el Monasterio de San Francisco, de estilo herreriano, que hoy alberga actividades culturales.
Continuando por las calles, llegamos a la Muralla medieval y a la Torre Exenta, una construcción del siglo XVIII separada de la catedral que servía de campanario. Subir a su mirador (si está abierto al público) regala unas vistas preciosas del casco histórico y los alrededores.
Cada rincón de Santo Domingo de la Calzada tiene algo que contar. Nos llamó la atención la Casa del Mayorazgo, el antiguo Albergue de Peregrinos, y varias esculturas que homenajean al Camino. Todo está perfectamente señalizado y cuidado, lo que hace que el paseo sea muy agradable y didáctico.
Y como todo buen viaje también pasa por el estómago, aprovechamos para probar unas tapas riojanas y un buen vino local en uno de los bares cercanos a la catedral. El ambiente era acogedor, con peregrinos y turistas compartiendo historias.
Santo Domingo de la Calzada no solo es una parada esencial en el Camino de Santiago, sino también un destino perfecto para quienes viajamos en camper y buscamos lugares con alma, historia y monumentos que sorprenden. Su combinación de tradición, leyenda y belleza lo convierte en uno de esos pueblos que dejan huella.
Mascotas
Si..
Parking
Parking en una de las calles colindantes al centro, muy tranquilo.
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Agua
No.
Vaciado
No.
Internet
Buena cobertura internet.
Aseos
No.
Electricidad
No.
Duchas
No.
Lavandería
Ecolaundry Sto. Lavandería a 6 minutos andando.