Nuestra ruta en camper hasta el Refugio de Verdes

Viajar en camper por Galicia tiene algo especial: la combinación entre carretera, paisajes infinitos y esa sensación de libertad que engancha. En esta ocasión nuestra ruta nos llevó al Refugio de Verdes, un rincón de A Coruña que parece sacado de un cuento. Y sí, hay cascadas, molinos y senderos mágicos, pero también anécdotas camperas que hacen que la experiencia tenga sabor propio.

Aparcamos en la Tasca O Refuxio

Llegamos hasta el Refugio de Verdes con la ilusión de pasar la jornada en plena naturaleza. Aparcamos en el aparcamiento de la Tasca O Refuxio, que está a unos 250 metros antes de los molinos. El sitio es amplio y cómodo para dejar la furgoneta, pero ojo importante: aquí no se puede pernoctar porque el terreno está inclinado y resulta imposible dormir nivelados. Así que es ideal como base para la visita, pero no para pasar la noche.

De todas formas, la ventaja es que al bajarte, ya sientes ese ambiente verde, húmedo y fresco que anuncia lo que vas a encontrar más adelante en el camino.

Primeras impresiones del Refugio de Verdes

Desde el aparcamiento seguimos andando y en pocos minutos ya estábamos rodeados de molinos de piedra, pasarelas de madera y riachuelos que cruzan entre árboles. Lo curioso del Refugio de Verdes es que no hace falta gran esfuerzo físico para disfrutarlo. Todo el conjunto es accesible, y con cada paso te invade el sonido del agua corriendo. La sensación es que la naturaleza se adueña de todo, pero con un cuidado especial que lo convierte en un entorno acogedor.

Para los que viajamos en camper, este tipo de rincones son un regalo: se siente como un oasis de calma después de kilómetros de ruta.

Molinos con historia y paisajes de postal

El Refugio de Verdes no es solamente un lugar bonito: también es un pedazo de historia rural gallega. Los molinos restaurados cuentan cómo la vida giraba alrededor del agua hace décadas. Hoy los miras y parece que sus piedras siguen susurrando relatos del pasado.

Mientras caminábamos por los senderos, cada rincón era un marco perfecto para fotos. Y lo admito: más de una vez me detuve solo para escuchar los pájaros y observar cómo el sol se colaba entre las hojas. El tiempo aquí se ralentiza de manera natural.

Turismo Camper en el Refugio de Verdes

Uno de los mejores aspectos de viajar en camper es la libertad para parar en lugares como este. Aunque no se pueda dormir en el aparcamiento de la Tasca O Refuxio, vale totalmente la pena incluir el Refugio de Verdes en la ruta. Lo ideal es venir durante el día, disfrutarlo con calma y después moverse a otro área más adecuada para pernoctar.

¿Lo mejor? Ese momento en el que vuelves a la furgoneta, preparas algo de picar y lo disfrutas con la panorámica verde alrededor. Viajar en camper no siempre significa autovías y gasolineras: lugares como este refrescan cuerpo y espíritu.

Qué hacer en la zona

Además de su belleza natural, la zona del Refugio de Verdes ofrece un montón de planes:

• Caminar tranquilamente por las rutas señalizadas.
• Organizar un picnic bajo los árboles.
• Descubrir más pueblos de la comarca y su gastronomía.
• Parar en la Tasca O Refuxio para reponer energías después de la visita.

El contraste entre naturaleza y vida rural hace que esta parada sea muy completa.

Consejos prácticos de viaje

• No intentes pernoctar en la zona, la inclinación no lo hace cómodo ni seguro.
• Trae calzado deportivo: aunque no es un lugar duro, hay zonas húmedas.
• Si viajas con niños o mascotas, es un sitio perfecto: seguro, bonito y accesible.
• Dedícale tiempo: aunque el recorrido pueda ser breve, cada rincón merece ser disfrutado sin prisas.

Nuestra despedida del Refugio de Verdes

Al final, salir del Refugio de Verdes costó más de lo esperado. Ese lugar tiene algo magnético, un “quédate un rato más” que atrapa. Pero la furgo nos esperaba y la carretera también. Lo bonito de estos viajes es que cada parada deja recuerdos distintos. Y este rincón de A Coruña se ganó un lugar privilegiado en mi memoria viajera.

El Refugio de Verdes es un destino perfecto para los que viajamos en camper: fácil de visitar, cargado de historia y mágico en cada rincón.